LA PRIMERA MANDARINA DE LA TEMPORADA

Hola, hola. Ayer se que me fui muy rápido, pero el olor de la mandarina me embriagó. Soy un osito goloso, y no solo vivo de flaMs como algunos piensan.

Corrí hacia la cocina y allí estaba, en la frutera, rodeada de manzanas, la primera mandarina de la temporada. Mmmm. Pero me acababa de comer la granada, así que ahora no me apetecía comerla. Pero dejarla allí en la frutera era demasiado tentador para cualquiera de los ositos de casa. Así, que decidí sacarla de allí y comerla más tarde.

El primer sitio que se me ocurrió fue en la misma cocina, en un sitio más elevado, como el microondas. Desde el nivel del suelo no se ve. Pero luego pensé en mi dueño, ¿y si se levanta por la noche con hambre? Él si la vería. Así que la cocina descartada.

Pense en el comedor. Como ya habíamos cenado, ya nadie iría por allí. La escondí en el jarrón. Pero después de pensarlo un poco… al ser de cristal, no me ofrecía demasiadas garantías. Se veía mucho.

Al final opté por esconderla en mi habitación, justo en el sitio más seguro de la casa, donde nada malo puede pasar. ¿Adivináis donde? Sí, mi almohada amarilla. 

Yo estaré por allí, así que puedo vigilarla. Bueno la dejo allí, y casualmente dejo una gorra encima, para que aún disimule más. Tranquilo de haber encontrado un sitio, fui a la sala de estar a ver un poco la tele y a cotillear a ver como estaba la Belén Esteban. Pero cuando volví a la habitación, me encontré con una desagradable sorpresa.

¡TXULO! Había osado subirse a mi almohada amarilla y lo que aún es peor. Se había comido mi mandarina. Snif. La primera mandarina de la temporada. Jopé. Ahora ya no se puede hacer nada. Snif. Tendré que esperar a que mi dueño baje más. Pero mientras tanto…..

¡Txulo! ¡Ven aquí! ¡Te vas a enterar!

Hasta mañana amigos. Tengo un “asunto” entre manos.

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