Hola. Hoy me siento un poco melancólico. Ya hace casi dos semanas que no he salido de casa y aunque me lo paso bien en casa jugando con el resto de peluches, cuidando a mi dueño, jugando a la PS3, necesito estirar mis patitas, salir al bosque y respirar aire sano. A ver si mi dueño se pone pronto bien y salimos por ahí.
Mientras tanto, cerraré los ojos y recordaré el fin de semana que fuimos a buscar setas. Porqué aunque os conté muchas cosas no os lo conté todo.
El otoño, aunque es una estación más o menos tristona, nos ofrece unos paisajes únicos. Como muchos árboles pierden el color verde, y poco a poco se vuelven rojizos y al final caen las hojas. Justo ese fin de semana había algunos árboles que estaban en la etapa de hojas rojizas. Y la verdad, era precioso el paisaje.
Daban ganas de subirse a uno de esos árboles. Del sitio donde yo vengo hay miles de árboles, pero este concretamente no lo conocía. Mi dueño me explicó que son cerezos. ¿Cerezos? Mmmm. Eso quiere decir que si volvemos por primavera habrá cerezas, Jejejeje. La fantasía solo me duró unos segundos. Estos cerezos de Santa Lucía sus frutos no son muy buenos y se utilizan para tintes y su madera es de muy buena calidad para la construcción de muebles.
Eso no quita que en esta época del año sean preciosos.
Muy cerca de esos cerezos había una construcción pequeña en forma de casita, ¿Qué sería eso? Mi gran curiosidad me pudo una vez más, me acerqué con cautela….
Jejeje. ¿Esperáis que os cuente que era? Pues no. No os lo voy a contar. Os quedáis con las ganas. Pero curiosamente era de mi tamaño. Le llamaré Refugio Travis.
Vale. Mi dueño me mira mal mientras escribo esto, voy a decir la verdad, el Refugio Travis, no os cuento lo que era, porque realmente no lo sé. El interior estaba vacío. Sin ninguna referencia de lo que era. Todo un misterio.
Espero descubrirlo algún día.
Un hociquito.
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