3/09/2010
Hola. Esta mañana en mi habitual ronda de cotilleo por casa, he descubierto una cosa. Ji ji ji. Mira que llega a ser tontín mi dueño. Me esconde cosas para darme sorpresas, pero siempre las encuentro antes. Nunca aprende. Es difícil esconder algo en casa sin que yo me entere.
La cosa es que he descubierto una caja que nunca había visto al lado de la fuente. De nivel del suelo no se vería, pero… yo cuando hago mis inspecciones procuro subirme a diferentes objetos para tener mejor perspectiva de las habitaciones. Son cosas que he aprendido en el Assassin’s Creed y las atalayas.
Total, que he tenido que usar mis almohadas para poder hacer una rampa y llegar hasta la caja. Jeje. Ya tengo la caja… ahora rápido a la cama para poder inspeccionarlo tranquilamente.
Uy. Es una taza con un perrito dentro. Jeje. Que mono. A ver…
Ala. Pero si el perrito es un beagle chiquitín. ¡Me lo quedo!
Ahora yo también tengo un beagle como unos amigos nuestros que tienen uno que se llama “Aeryn” (que en hebreo quiere decir “montaña de fuerza”). Normalmente me mantengo apartado de “Aeryn” porque tengo miedo de que me muerda, pero me gusta mucho. Ahora con mi propio beagle ya podré jugar con un beagle. Pero ahora tengo un dilema… ¿como le llamo a este perrito?
Me tomo un poco de tiempo para ver cómo le llamo.
Tic
Tac
Tic
Tac
Tic
Tac
Dos horas después….
Ya sé cómo se llamará. Le voy a llamar…
LEONARDO
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