Hola amigos. Ayer pasé un día muy malo. La desaparición de mis patucos me dejo muy triste. El día se me hizo largo, y ni siquiera tuve ganas de jugar a la PS3. Cuando llego mi dueño me encontró en mi butaca viendo Sálvame en T5. Y cuando me vio se preocupo. Travis, ¿Qué te pasa? – Me preguntó- no es normal que tu veas estos programas. Venga explícamelo.
Entonces me cogió muy tiernamente y le conté lo sucedido.
Travis, Travis, Travis… ¿y porque no me has llamado como haces otras veces?
Pues la verdad no supe que contestar. Es cierto que a veces lo llamo por tonterías, pero no se.. no me salió de mi molestarle.
Venga no te preocupes, yo se donde están. Ven.
Y me llevo hasta el cesto de la ropa sucia. Esta mañana cuando me fui a trabajar vi tus patucos, y estaban más marrones que blancos, así que los puse en el cesto de la ropa sucia, no sabía que te preocuparías tanto.
En ese momento experimenté una mezcla de sentimientos por un lado le querría haber dado un hocicazo bien dado y por el otro se que no lo hizo de mala fe, y solo quería que estuviera lo más limpio y guapo posible. Así que solo le pregunté… ¿Cuándo podré ponérmelos de nuevo?. Cuando hayamos hecho la colada, ahora es tarde y encima llueve, ¿te parece que la hagamos mañana por la mañana? – Me preguntó. Y si quieres, incluso si te hace gracia, los puedes lavar tu.
Que morro, me los coge, los pone en el cesto de la ropa y me dice que los limpie yo. Pero bueno… también es verdad que nunca he puesto una lavadora y así, de paso probaré a ponerla y por eotro lado quien mejor que yo para supervisar la limpieza de mis patucos. Así que dicho y hecho. Yo sería el encargado de la colada blanca por la mañana.
Así que esta mañana he puesto la ropa en la lavadora, previamente mi dueño había puesto ya el programa, cerré la puertecita esa, y le he dado al botón. Ala, a esperar toca. Por si acaso, no me muevo de aquí hasta que termine. Algo puede ir mal, y tendría que salvar a mis patucos.
Bueno, la espera ha sido larga, pero ya están limpios aunque mojados. Ahora a tenderlos.
¡Sí! Por fin ya noto otra vez esa comodidad en los pies. Que a gustito estoy ahora con mis patucos de nuevo. Y que suaves. Hasta parecen más blancos. Como nuevos. Oye tu. Que mal rato pase ayer, pero que bien me siento ahora.
Un besito grande para todos.
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