7/22/2010
Hola.
Esta mañana, han llamado a la puerta, como estoy solo, primero he mirado por la mirilla a ver quién era. Era un repartidor de una empresa de reparto, traía un paquete y ¡muy grande! ¡YUPI! Quizá es lo que pedí con los puntos conseguidos con los yogurts. Rápidamente he abierto, he firmado el recibo. Y para el comedor directamente.
La caja es muy grande. En el catalogo de regalos lo que pedí parecía más pequeño. Ay qué emoción. Una vez abierta la caja, me doy cuenta que no es lo que pedí. Vaya. Tendré que esperar unos días más. Esto lo debió pedir mi dueño. Si. También por el papel que viene con esto, veo que también viene de los puntos de los yogurts. Jopé. ¿Por qué el regalo de mi dueño llega antes que el mío?
Bueno, jejee, voy a cotillearlo. Parece un juguete electrónico de esos que le gustan. Una especie de robot, o... ya sé, es un vehículo motorizado. ¡Y es de mi tamaño!. Que majo mi dueño cuando quiere. Me ha comprado esto para mí. Jeje. La de carreras que voy a hacer por el pasillo. Bueno, ya lo he encendido, y solo hace mucho ruido, pero esto no se mueve. Que rollo. Debe estar roto.
De todas formas el ruido viene de la parte de delante, de esa especie de trompa de elefante que lleva. Lo mejor que puedo hacer es quitarle esta trompa. Rompe con la línea aerodinámica del aparato.
¡PERO QUE ES ESTO!!!!!?????? ¡Se está defendiendo! Como si fuera un animal de presa, se ha lanzado sobre mi sexy nariz. ¡¡¡ME la quiere arrancar!!!
Con un esfuerzo titánico he conseguido despegármelo de la nariz. Ya no quiero saber nada de este aparato infernal. Mi gozo en un pozo, ni carreras por el pasillo y encima me ha dejado mi hociquito hinchado. Qué vergüenza que me veáis así. Va, dejad ya el comunicado por hoy. ¡EH! ¡Que te he dicho que no me mires! ¿Vale? ¿Me entiendes?
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