Hola. Hola. Ayer mi dueño estaba muy muy perezoso y no tenía ganas de cocinar así que me dijo que hiciera yo un poco de cena. Pero… yo también estaba demasiado perezoso y con poca inspiración para hacer algo de comer. Así que me dijo que iba a un restaurante Kebab que hay cerca de casa y cogería algo para llevar. Yo asentí, como haciéndome el enterado, con tal de no cocinar yo. Pero cuando salió por la puerta corrí a consultar en el Google lo que era eso del restaurante kebab.
Misterio resuelto, se trata de un restaurante de comida turca. ¡que emoción! Por primera vez comería comida turca. Menos mal que el restaurante este está cerca y mi dueño no tardo mucho en llegar.
Lo que vi me dejo muy intrigado. Por un lado, un plato de patatas fritas, esto es normal, pero lo otro, era una especie de torta donde dentro había enrollada la comida. Es como las fajitas que preparé hace unos meses, pero a lo bestia.
Estaba bastante rico, según me explicó mi dueño, se llama un “Dürüm Döner”. Es una especie de pan muy empleado en la cocina turca y que elabora de harina de trigo, agua, algo de aceite vegetal y un poco de levadura. Tiene una forma aplastada y redonda, de aproximadamente de 30 a 70 cm de diámetro.
Dentro hay láminas muy finas de carne de cordero y de pollo marinadas y asadas, también hay ensalada y salsas. Dicho así puede parecer muy pringoso y extraño, pero cuanto más comía más me gustaba. Me lo comí todo, todo y todo. No dejé ni una miguita. Qué bien comí, ya pensaba que no iba ni a comer ni postre. Pero cuando mi dueño me saco una gran rodaja de sandía… no me pude resistir y la devoré entera.
Eso sí, toda la cena, acompañada por un buen y fresquito refresco.
Así fue mi primera experiencia con el kebab y espero que no sea la última. A ver si otro día nos entra la pereza de cocinar y nos zampamos más kebabs. Jejeje. Solo de pensarlo ya me entra hambre.
Hociquitos
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