¡Buenas tardes!
Hoy no he sido yo quien ha descubierto algo nuevo en casa. Esta mañana, Coki, el pequeño osito blanco, se ha encaramado a una estantería y sin querer ha tirado un montón de papeles que había. Debajo de ese montón de papeles había una caja de madera cerrada. Coki me ha llamado rápidamente, él es más cotilla que yo, pero al ser tan pequeño no tiene fuerza para abrir la caja, así que me ha llamado a mí por ser el osito más fuerte.
He trasladado la caja a la cama, la he observado bien, no parecía peligrosa. Tampoco desprendía ningún olor raro. Así que he cogido aire, he contado hasta tres y… he abierto la caja.
Y nos hemos llevado una gran sorpresa, en el interior había unas bolas de dragón iguales a las que salen en la serie “Dragon Ball”, incluso desprendían un brillo muy chulo.
Pero… ¿serían las autenticas? Y si fuera así, ¿por qué las tenía mi dueño en casa?
Hacer la prueba de autenticidad es fácil, solo basta con invocar al dragón Sheron. Así lo he hecho y…
¡SI! Ha aparecido el Dragón. Aunque en la serie parece mucho mayor. Con una voz muy potente me ha preguntado que cual era mi deseo. Yo se lo he dicho. (y no, no he pedido FlaMmmms). El Dragón me ha contestado… “Deseo concedido”. Así que ahora solo espero que el deseo se cumpla. Y como yo se que sois un poco cotillas… os voy a dejar con la miel en los labios. Es un deseo muy personal y privado y como no sé cómo funcionan los deseos de las bolas de dragón, mejor no lo digo por si no se cumple. Prometo que cuando se cumpla os lo contaré.
Por cierto… yo creía que el dragón cuando concedía el deseo desaparecía, pero este dragón se ha quedado e incluso me ha preguntado… “¿falta mucho para comer? Que morro que tiene. Ahora lo tendré que invitar a comer no sea que luego no me conceda el deseo.
Hociquitos y os deseo un buen fin de semana.
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