Hola. Antes de empezar con el comunicado tengo una buena noticia que quiero compartir con vosotros. Os acordáis de lo que os conté sobre mis gallinitas, ¿no? Pues no murieron todas, una de ellas “Pituka”, consiguió escaparse, ayer por la tarde la encontraron y ya está en su gallinero sana y salva. Menudo susto debió pasar la pobre. Aún no me he podido desplazar a la masía para comprobar su estado.
Bueno hoy he preparado un segundo plato de rechupete. Un poco de carne, pero eso no tiene mucho misterio y para acompañar la carne “rovellons”, es como se llaman por aquí, aunque mi dueño me dice que en muchos sitios de España se les llama níscalos, pero como con la mayoría de setas, según la zona geográfica pueden llegar a tener muchos y variados nombres. Si me disculpáis, durante el resto del comunicado seguiré usando el término de Rovellons, es la costumbre y me sentiría raro llamándolos de otra forma.
El “Rovelló” es una seta comestible que suele crecer entre pinares y bosques mixtos, aflora en otoño y es muy apreciado en gastronomía. También es cierto que cuesta un poco encontrarlos.
Esta vez no he ido a buscar, si no que los han traído a casa. Los padres de mi dueño son muy aficionados y el fin de semana pasada fueron a buscar, y encontraron unos pocos, como podéis ver en la foto. Normalmente se suelen recoger y colocar en este tipo de cestos para que así no se estropeen durante el transporte. Hay gente que utiliza bolsas de plástico, pero metidos así se rompen mucho.
Cuando se llega a casa, es importante limpiarlos bien. Como veis, están llenos de hierbas, tierra, musgo, ramitas y a veces gusanitos. Para limpiarlos hay que tener mucha paciencia, es laborioso. Con un cuchillo, es ir quitando todo lo malo. Al final quedan tal que así, limpitos.
Ahora se pasan por la plancha.
Si tenéis pensado comerlos unos días más tarde, si los tenéis ya cocinados a la plancha, se os van a conservar sin problemas en la nevera. Por eso siempre lo hago. Así ha pasado, los “rovellons” están cogidos del lunes y los voy a preparar hoy viernes.
Una vez más hay bastantes maneras de comerlos, yo os comento la preparación que más me gusta a mi. Hago en el mortero una picada con aceite, sal, ajos y perejil. Todo bien machacadito. Mientras en una sartén, le pongo un poquito de aceite y pongo los “rovellons”.
Ahora voy poniendo por encima la picada.
Con la ayuda de una cuchara, voy cogiendo de la misma sartén aceite caliente y lo voy tirando por encima de los rovellons. Así voy repitiendo la operación hasta que el ajito está en su punto.
Y ya está. Así de fácil es prepararlos y quedan de rechupete, vamos como yo suelo decir, para rechupetearse las patitas. Aquí lo más difícil es ir a buscarlos. Jejeje.
Bueno, os dejo ya. Disfrutad del fin de semana, pasadlo bien y el lunes nos volvemos a encontrar.
Hociquitos.
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