Este sábado pasado, mi dueño y yo nos enfundamos las mochilas y nos fuimos a buscar setas. Qué bien sienta pasear por el bosque y buscar los famosos “rovellons”. Yo soy un osito de ciudad, pero me encanta volver a mis orígenes y pasear por el bosque. ¡Qué felicidad!
Como podéis comprobar iba muy bien equipado, ropa cómoda, un cesto, un bastón y una mochila.
Los “rovellons” (ya os comenté en un comunicado anterior, que a mí me gusta llamar así a estas setas), son un poco difíciles de encontrar, siempre están un poco ocultos y hay que fijarse muy bien, no todo el mundo puede encontrar, se necesita práctica, así que si os gusta, la primera vez tenéis que ir con un experto, como por ejemplo yo. Además hay que ir con cuidado no todas las setas son buenas, las hay que incluso son venenosas. Así que cuidadín.
Por ejemplo aquí, me di cuenta que había un “Rovelló” escondido debajo de estas hierbas. ¿lo veis? Este es muy fácil de ver.
Lo primero retirar las hierbecillas y… si, es de los buenos. Qué buena pinta que tiene.
Ahora con las patitas, con cuidado de no romperlo, lo arrancamos de su base. Y aquí está, “Rovelló” capturado. Jejeje.
Bueno… después de un rato de estar en el bosque ya me entró hambre, así que tiempo de sentarse y desayunar un poco. Bocadillo de jamón, mmmm. Y recordad que hay que mantener el bosque limpio, así que no me entere yo qué vais dejando por el bosque papeles y botellas. ¿Vale? Que por mi bosque… ¡MATO! Jejeje. Queda convincente no. Para que luego digan que no se aprenden cosas viendo la tele.
Luego continuamos buscando setas y bueno la verdad es que dio para ver y hacer más cosas. Pero os lo cuento en otro momento.
Un hociquito.
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