INTRUSO EN EL BALCÓN (II) TODO BAJO CONTROL

Hola! Siento haberos dejado preocupados el viernes con la invasión del monstruo en el balcón. Pero estad tranquilos, todo ha acabado bien.
Después del susto que me dio el monstruillo, ya estaba dispuesto a darle su merecido con mi sable laser cuando un pensamiento me vino a la mente, bueno varios. Navidad, animal de madera, regalos…. ¡¡¡OHHH!!! Es un tió de Nadal.
Guardé el sable laser, y lo miré atentamente. Efectivamente, no hay duda es mi primer Tió de Nadal. El año pasado ya celebramos la Navidad con uno y si no podéis consultarlo en los comunicados del año pasado, pero ese no era mío, estábamos en casa de un familiar de mi dueño. Pero este año ha llegado a casa, y me ha venido a buscar a mí. Eso quiere decir que me he portado muy bien y por fin ya tengo tió. Jejeje.
Primero, quizá sería conveniente explicar que es un tió de Nadal, habrá mucha gente, que no conoce esta tradición.
El "tió" no era en principio otra cosa que el tronco que ardía en el hogar: el fuego a tierra.
 Un tronco que, al quemar, daba bienes tan preciosos como el calor y la luz, y que de forma simbólica ofrecía presentes a los de la casa: golosinas, barquillos, turrones. Aún podemos encontrar, en los pueblos, casas en las que el "tió" es un gran tronco que se pone a quemar en el fuego de tierra unos días antes de Navidad.
 A partir de ésta forma más primitiva el "tió" evoluciona: El "tió" es un tronco mágico que un día cercano a la víspera de Navidad, el 24 de diciembre, llega a casa llamando a la puerta. Quien esté en casa le abre y hay que cuidarle, taparle con una manta para que no pase frío y darle de comer hasta el dia 24 por la noche, momento en que se "caga el Tió". Tradicionalmente se pone el Tió en la cocina o en el comedor cerca del fuego, si se tiene. Para comer se le da pan seco, algarrobas, mondas de naranja o de mandarinas, u otras frutas. Actualmente, hay quien le da otras cosas más ricas como chocolate. También hay que darle agua para beber. Gracias a los cuidados, el "Tió" podrá "cagar" los regalos.
De una forma u otra el "tió" tiene un mismo objetivo: ofrecer regalos a los de la casa. Regalos que han variado con el tiempo: primero eran básicamente dulces, barquillos y turrones lo que necesitaba para celebrar la fiesta; hoy hay una tendencia a utilizar el "tió" para dar presentes de más envergadura.
El "tió" se hace cagar, según la costumbre de cada casa, la noche de Navidad - Tradicionalmente después de la Misa del Gallo - o el mismo día de Navidad. Y por aquello de que los pequeños van a visitar otras casas de la familia, los hay que continúan trabajando el día de San Esteban.
A diferencia de otras costumbres y personajes, procedentes de culturas de otros países, de los cuales sólo conocemos la forma más superficial (árbol de Navidad, Papa Noel, etc.), el "tió" ha conservado todo un ritual tradicional. Hacer cagar al "tió" es una ceremonia doméstica o de pequeña comunidad (escuela, grupo de amigos) que consiste en el canto de una o más canciones características para acabar finalmente golpeando el tronco con fuerza.
 Ya queda más claro ¿no?
Primero hay que taparlo, no tengo ninguna mantita de su medida, pero no hay problema, de una chaqueta vieja y con la ayuda de unas tijeras, todo solucionado.
¡Ah! Si, se me olvidaba, tiene que empezar a comer de inmediato. Faltan pocos días para Navidad y tiene que comer mucho para que pueda “cagar” muchos regalos.
Le preparo un plato con mandarinas y una manzana, un poco de agua y una alfombrita al lado del radiador.
Ahora si que todo está listo.
Bueno como veis, todo está bajo control. Un hociquito y hasta mañana.

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