Hola. ¿Qué tal os ha ido este fin de semana Navideño? Nosotros menos el domingo que fue un poco accidentado, el resto de días muy bien.
Hoy os quiero contar como fue lo de hacer “cagar el tió”. Sé que suena mal, alguno ya me lo ha comentado a través del Facebook. Pero es que esta tradición se llama así, y es tan normal que nadie piensa mal.
Como ya os he ido contando estos últimos días, desde que llegó el “Tió de Nadal” a casa, hay que cuidarlo y darle de comer. Cosa que he hecho tan bien como he sabido. Y cuando llega Nochebuena, hay que hacer un pequeño ritual.
Primero, hay que tapar el Tió con una manta. Que quede bien tapadito.
Luego hay que cantar algunas canciones típicas de hacer cagar el Tió, normalmente, antes vamos a una habitación diferente de donde está el Tió para ensayar bien la canción.
Cuando ya tenemos la canción bien aprendida, vamos donde está el Tió, y mientras vamos cantando la canción vamos dándoles golpes con unos pequeños bastones, ese día nos hizo mucha gracia hacerlo con las varitas de Harry Potter que construimos hace unos días.
De repente, pareció oírse un ruido que provenía de debajo del Tió, yo no lo escuché, pero mi dueño si. Así que paramos de cantar, levantamos la manta y… ¡ya había regalos! El Tió de Nadal ya había “cagado” los primeros regalos. Lo sé, sigue sonando mal, pero así se dice.
Yupi. Cuantos regalitos. Vaya. Una botella de gel de baño para mi dueño y un paquete de “sugus” para Txulo. Jopé. ¿Y para mí? Yo he sido el que más lo ha cuidado.
Vamos a empezar otra vez con el ritual. La canción, golpear un poco y….
¡Sí! Más regalos. A ver si ahora hay suerte.
Ahora han salido un paquete de café cappuccino para mi dueño, un paquete para Chikipipi y…. ¡uno para mí!. ¿Qué es? ¿Qué es? Un chándal nuevo. Jejeje. Me hacía falta.
¿lo intentamos una vez más? ¡ep! Se me olvidaba, hay que abrir el regalo de Chikipipi, como no está aquí, mejor lo abrimos por si es alguna cosa que se estropee. Vaya, este tió, si que sabe, una cajita de avellanas recubiertas de chocolate de La Casa. Mmmmmm.
¡venga! Otra vez. Canciones, golpes y …. ¡Más regalos! Se nota que he alimentado bien al Tió.
Y esta vez, todos son para mí, dos regalitos. Un panettone. Me encanta. Y…. Este paquete… tiene un olor muy característico… un olor un poco avainillado… parece… parece….
¡FLAMMMMMMMMS! El mejor regalo. FlaMs de vainilla.
Ale, otra vez. Mantita, canciones, golpes y….
¡NADA! Ya no sale nada, ya se ha acabado. Ya no hay más regalitos. Pero bueno, no me quejo, han sido muchos regalitos, estoy muy contento.
Bueno y así fue la tradición de hacer cagar el Tió, espero que lo hayáis entendido. Un hociquito y hasta mañana.
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