Hola, buen año. Ya hemos estrenado el 2011. Espero que todos estéis muy bien y hayáis pasado una buena Nochevieja.
Nosotros teníamos comida doble. La cena de Noche vieja y luego la comida de año nuevo.
Por la tarde del día 31, lo dediqué a preparar el postre del día siguiente, igual que el año pasado preparé Piña con Cointreau, si quieres saber cómo se prepara pincha aquí, y veréis el comunicado del año pasado.
Después de preparar el postre, ayudé a poner la mesa y de pasó eché una mano también al postre de Nochevieja. Me enteré que querían servir Panettone. Ya estaba hecho, pero servir solo así el Panettone no me acababa de gustar, así que decidí hacer una salsa de mermelada de fresa. Que es una cosa muy rápida de hacer y muy fácil, os lo explico, pero no hay fotos, éramos tantos en la cocina que no había mucho espacio para hacer fotos. Para hacer la salsa necesitamos la misma cantidad de mermelada que de agua y la mitad de azúcar, ralladura de limón. Ponemos todos los ingredientes en un cazo, dejarlo cocer 15 minutos. Colarlo y ya está lista la salsa.
La cena estuvo muy bien, aunque empezamos a cenar un poco tarde, nos dio tiempo a todo y aun tuvimos que esperar un ratito para las doce campanadas.
Un poco antes de las campanadas. Mi dueño repartió para todos una bolsa plateada, que la llamaban de cotillón. ¿Cotillón? ¿Qué debía ser eso?
Enseguida la abrí y literalmente metí la nariz en la bolsa.
¡OH! ¡Antifaz, gorro, collar, serpentinas…! ¡Que empiece la fiesta!
Enseguida ya trajeron las uvas y la televisión conectó con la retransmisión de las doce últimas campanadas del año. Que nervios, este año me trajeron las uvas peladas y sin pepitas para que me fuera más fácil comerlas rápidamente. Para quien no lo sepa, aquí es tradicional comer una uva por cada última campanada del año.
Enseguida ya trajeron las uvas y la televisión conectó con la retransmisión de las doce últimas campanadas del año. Que nervios, este año me trajeron las uvas peladas y sin pepitas para que me fuera más fácil comerlas rápidamente. Para quien no lo sepa, aquí es tradicional comer una uva por cada última campanada del año.
Que nervios, empezaron a sonar las campanadas, y me las conseguí comer a buen ritmo y sin atragantarme.
Y así empezamos el año 2011, un hociquito y ahora os dejo, que justo hoy es el cumpleaños de mi dueño, y voy a comprarle un regalito y hacerle una tarta. Hasta mañana.
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