Retomo el tema de esta mañana. La mañana de Reyes. Con una ilusión enorme pude comprobar que los Reyes habían dejado todos los regalos dentro de casa, al ladito del Árbol de Navidad y el Belén Playmobil. Como el tiempo no estaba muy bien, quizá lo dejaron dentro por si llovía y así no se mojarían. Que majos.
Bueno… ¿Qué hacer? Buscar mis regalos y abrirlos o esperar a mi dueño. Opté por la opción de ir a despertarlo y arrastrarlo hasta los regalos.
Ahora que ya estábamos los dos… ¡a buscar mi regalo!
Mecachis. Este saquito pone mi nombre, jopé. Me han traído carbón. Pero… ¿cómo puede ser esto? Me he portado bien, les preparé buena comida…. Son unos tontos.
“Vamos Travis, no te pongas así” me decía mi dueño. “Los Reyes lo saben todo, y ya sabes que alguna travesurilla has hecho”.
Pues sí. Tenía razón. Pero no he sido tan malo para que me trajeran carbón.
“Travis, estoy convencido, que te han dejado esta bolsita pequeña de carbón para avisarte, pero seguro que entre todos estos regalos, hay alguno más que es para ti”.
Y empecé a mirar y mirar, y si. Había un paquete envuelto en papel de color amarillo que ponía Travis. Esta vez parecía que no era carbón.
Con muchos nervios abrí el paquete y… ¡ERA LA MÁQUINA DE HACER POMPAS DE JABÓN!
Con la emoción del regalo, no me di cuenta, que mi dueño estaba abriendo su regalo, cuando me di cuenta ya lo estaba sacando, ¡era un pijama Disney! Eso también me lo había pedido yo en mi carta a los Reyes, mi dueño se había equivocado. Era también un regalo para mí.
Pues no. Una vez desplegado, ya me di cuenta que no era talla Travis, era talla Dueño, vamos, muy grande. Entonces son los Reyes los que se habían hecho un lio. Porque yo les pedí un pijama calentito para mi dueño y un pijama Disney para mi, y no lo acabaron de entender. Pero bueno, cosas que pasan, ahora mi dueño tiene un pijama Disney calentito. jejeje.
Pero aún había otro paquete marrón más para mí. ¿Qué sería? Una vez más, lo abrí con muchos nervios. Una máquina un poco rara, tenía un botón que hacía mucho ruido… no se. ¡AH! Ya sé. Es una máquina de mezclar cartas. Jejeje. No la había pedido, pero si que lo había pensado. Realmente los Reyes son unos cracks.
Os voy a contar, algunas veces mi dueño y yo, jugamos un poco a las cartas. Él sabe hacer bastantes trucos de magia y siempre he sospechado, que alguna vez me hace trampas cuando baraja las cartas. Es sospechoso, porque siempre que voy ganando yo, y digo SIEMPRE, de repente empiezan a salir las cartas favorables a él. Ahora con la máquina de mezclar, se acabo el hacer trampas. Jejeje.
El resto de regalos no los podíamos abrir no eran para nosotros, el resto eran para los papas de mi dueño y primitos pequeños.
Bueno, yo quería empezar a montar mi robot, pero no he podido. Estábamos invitados a la comida del día de reyes en casa de un familiar.
Mañana os cuento más.
Un hociquito.
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