El viernes pasado a última hora, nos llegó a casa un mensaje preocupante. Las tortuguitas de Chikipipi se estaban comportando de una manera preocupante, casi no se movían, no comían…. ¿quizá debían estar enfermas? Estuve toda la noche preocupado por las tortuguitas Galactus y Estela Plateada. Recordad que hace unos meses les puse nombre.
Así que por la mañana a primerísima hora, desperté a mi dueño, le explique mi preocupación y accedió a llevarme a ver las tortuguitas. Quizá con mi experiencia en fauna salvaje pudiera ayudar. Hicimos rápidamente la maleta y nos pusimos en camino.
Lo bueno que tienen estos desplazamientos es la comida. Como salgo de casa sin desayunar, por el camino mi dueño me compra un bocadillo de jamón. Ñam. Que rico.
Cuando llegamos fui a ver a las tortuguitas. Es cierto, estaban un poco raras, tan llenas de energía que las vi en octubre y ahora estaban quietas como estatuas, solo Galactus movió un poco la cabeza. Pero nada más. Qué raro.
Fui al cuarto donde está el ordenador para consultar en Google que les debía estar pasando. Pero… el ordenador no funcionaba. Necesitaba conectarme para acceder a una página de servicios veterinarios. ¿Qué hacer? Pues como buen técnico informático, abrí el ordenador, me lo estuve mirando y un toque por allí, otro por allá… y lo arreglé.
Rápidamente accedí a internet y pude consultar los síntomas de las tortugas. ¡no había ningún problema! Sencillamente las tortugas estaban hibernando. Cuando haga mejor tiempo, más sol y por supuesto mejor temperatura, volverán a despertar. Menos mal. Me despedí de las tortugas, aunque hibernan quizá me escuchan, así que por si acaso….
Pasamos el día por allí y al día siguiente volvimos. Y claro está, a la vuelta es la hora de la merienda… ahora no compramos un bocadillo, es más la hora de un caprichito para picar…
Esta vez una bolsa de palomitas! Jejeje. ¡Me encanta viajar!
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.