Ya estamos acabando el mes de marzo y justo esta noche pasada me acordaba del molde en forma de osito que le regalé a mi dueño el dia de su cumpleaños. Era un intento para ver si se lanza a hacer cositas en la cocina. El pobre lo intenta, pero es un poco manazas. Así que pensé que regalarle un molde para hacer un bizcocho podía ser una buena motivación. Pero lo dicho, tres meses después ni lo ha tocado. Así que de hoy no pasa. Voy a preparar alguna cosilla con este molde tan chulo. Y no le daré nada a mi dueño.
No tenía mucha idea de que hacer, pero ya sabéis que en casa, suelo tener guardado siempre una caja de postres preparados. En esta ocasión tengo una tarda de chocolate donde ya tengo preparado la harina, la levadura, el chocolate y el azúcar. Pero así como otras solo es calentar y listo. Este en concreto hay que añadir mantequilla y los huevos. Y como yo uso los huevos de mis gallinitas, sale una tarta riquisísima.
Así que caliento la mantequilla hasta que se derrite, la añado al preparado de harina, chocolate y levadura y al final añado los huevos. Y así de fácil, lo mezclo todo bien mezclado hasta conseguir una mezcla homogénea.
Precaliento el horno y mientras tanto unto el molde de osito con mantequilla.
Añado la mezcla al molde y con mucho cuidado cuando el horno ya está a su temperatura lo pongo en el horno.
Y ya está. Jejeje. Facilísimo. Pasado su tiempo de cocción, con cuidadín que quema retiro el molde. ¡OH! Jejeje. Que divertido es. Es como si hubiera un osito de verdad cabeza abajo.
¡Voy a desmoldarlo!
Oh pero que chulo. Jajaja. Es un osito precioso. Jeje. Y es de chocolate.
Me ha quedado genial. Ahora ya solo hay que esperar a que se enfríe y ¡a comer!
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