Hola. Aún ahora, cuando estoy escribiendo este comunicado, no me quito de la cabeza que debía haber en el regalo que os explicaba ayer. Pero ese sábado acabo muy bien. Como os dije cuando me desperté el sábado ya no estaba el regalo ni tampoco mi dueño. Lo llamé, y me dijo que tenía una comida familiar. Cachis, ya no me acordaba. Así que me dispuse a pasar el sábado solo por casa. Buen desayuno, partidas a la PS3, ahora estoy viciado al Assassin’s Creed la Hermandad, comidita y siesta de las de pijama, jejeje.
Cuando me desperté, mi dueño ya había llegado y le pregunté cómo había ido. Me lo explicó todo y me enseño las fotos. De repente me doy cuenta que sobre la mesa, en la que el día anterior había habido ese misterioso regalo, había 2 cajitas negras.
Dejé a mi dueño y me acerqué como no, con mucha curiosidad y excitación. En las dos cajitas había dibujado el logo de Star Wars. Y ya se sabe, de una caja de Star Wars NUNCA puede salir nada malo.
Así que abro la primera cajita y… ¡OHHH! ¡NO PUEDE SER!
Para abrir la siguiente cajita y sacar lo que había dentro, decidí que sería mucho más apropiado cambiarme de ropa.
Mi ropa de caballero Jedi sería mucho más apropiada.
Las cajitas contenían las dos tazas que con más ganas quería tener de esa colección que hace un periódico. La taza R2D2 y la taza de los caballeros Jedi, como yo.
Que ilusión. Mis tazas preferidas. Mi dueño me mima demasiado, después de darle un beso y un abrazo, corrí a mi habitación para hacerme una foto con todas mis tazas de Star Wars.
Ahora tengo mi Imperio Galáctico de Tazas, al menos un Imperio que solo existe en mi casa.
Un hociquito y hasta mañana.
Que la fuerza os acompañe.
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