Nos gustan mucho los refrescos de naranja.
Y como ya vuelve a hacer calor, nos apetece más beber refrescos y comer helados. Pero en el congelador no hay ninguno. No hay problema.
Cogemos unos moldes para hacer helados.
Y con mucho cuidado los llenamos con nuestro refresco favorito. A nosotros nos ha costado un poco, la botella era muy grande y pesaba bastante.
Después de unos cuantos intentos, los hemos llenado y los hemos tapado.
Unas horas en el congelador…
Y tenemos un riquisísimo helado sabor naranja.
Menudos lengüetazos le hemos dado.
Unos abracitos fresquibiris.
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