Aún sigo con mi vestimenta japonesa. Me siento muy cómodo
con mi yukata y también me da ese toque imperial que tanto me gusta. En casa
todos hacen lo que les pido, jejeje.
Este mediodía tenía ese gusanillo que ya sabéis y tenía un
poco de hambre. Me apetecía un yogur. Así que me he dirigido a la nevera y… “vaya”.
Solo queda un yogur en la nevera. Si
me como ese yogur luego para la cena no tendré yogurt y no me apetece salir a
comprar luego, hace mucho calor y se está mucho mejor en casa fresquito. Jejeje.
Ya se… llamando a mi dueño y listo.
Después de hablar con él me dice que hoy no podrá ir a
comprar. Jopé.
Pues hoy tenía capricho de yogurt y ya puestos me ha venido
a la cabeza un yogurt de vainilla. Solo pensarlo aún me entraba más hambre.
Al final he resuelto el dilema. Ahora no comeré yogur, me
cortaré un cacho de sandía y con el yogur de la nevera aprovecharé para hacer
yogurs caseros.
Hace ya un par de años os expliqué como hago los yogurts
caseros, en este enlace podréis verlo.
La única diferencia es que esta vez tengo esencia de
vainilla concentrado. Para un litro de leche he añadido 4 cucharaditas pequeñas
de esencia.
Luego a la yogurtera…
Y a esperar. Para cenar hoy tendré un yogur gourmet, digno
de un emperador.
Un hociquito y hasta mañana.
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