Después de la pequeña crisis de ayer, creo que ya sé porque
no se me ocurría nada para escribir en el comunicado. Solo hay una cosa
distinta que marcaba la diferencia entre el resto de días.
¿Adivináis qué?
Mis patucos. Los había puesto a lavar hace unos días, y un
poco por pereza y un poco por despistes, he estado demasiados días sin mis
patucos.
Así que hoy he rescatado a mis patucos y… bueno, ahora tengo
que hacer público una pequeña intimidad mía. Ya sabéis lo que me gustan mis
patucos, es por así decirlo mi marca de serie, jejeje. Pero los patucos, al
principio siempre los perdía. Me los ponía y al cabo de un rato ya iba descalzo
por la casa. Cosa que no me gusta. Me los volvía a poner y otra vez, al cabo de
un rato, sin patucos.
Así que al final encontramos una solución. Aprovechando que
soy un osito de peluche, me dieron un par de puntos de costura en los patucos.
Así de esta forma no los perdería. No os asustéis, recordad que soy un peluche
y los peluches somos valientes y podemos soportar sin ningún problema estas dos
puntadas. Así que tranquilos.
Bueno, como os decía, para retomar el hilo, rescaté a mis
patucos, y con ellos en la mano, he ido a buscar a la mamá de mi dueño, sabe
coser muy bien y me inspira mucho más confianza que mi dueño. Las primeras
veces me lo hizo él, pero… es un poco torpe y no lo hacía muy bien. En cambio
ella lo hace con mucho arte, con mucho mimo, hasta a veces, como hoy, que
cuando estaba cosiéndome los patucos, me hacía cosquillas, jejeje.
Bueno, en cinco minutos estaba listo, me notaba bien,
liviano y con ganas de saltar y correr. Son mis patucos, me siento bien con
ellos. Ya vuelvo a ser yo.
Un hociquito y que tengáis un muy buen fin de semana. Yo, si
el tiempo nos acompaña, me iré de picnic.
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