Hola. Esta mañana he madrugado, no he podido dormir hasta
mediodía como suelo hacer siempre, a las diez de la mañana ya me levantaba,
buen desayuno y a trabajar. Me he levantado prontito porque tengo bastante
ropita mía para lavar. Normalmente esta tarea la hago yo. Nadie lava con más
mimo y cuidado mi ropita que yo mismo.
Como la ropa que tenía sucia, no era precisamente delicada,
he optado por usar la lavadora.
No me gusta mucho lavar con la lavadora, por no es una
lavadora talla Travis. Está pensada para tallas mucho más grandes, como la de
mi dueño. Y siempre me tengo que encaramar para poder utilizarla.
Ya solo para
poner la ropa dentro, ya uso el cesto de la ropa. A ver… me quejo. Pero
reconozco que es mucho más práctico lavar con la lavadora. Si lavo a mano,
corro el riesgo de mojarme o incluso peor, de caerme dentro del agua, que ya me
pasó una vez.
Una vez puesta la ropa y habiendo seleccionado el programa,
le he dado al botón de inicio de programa. Normalmente en este punto suele
encenderse. Pero esta vez no hacía nada.
De repente ha hecho un ruido muy raro, y se ha empezado a
llenar el tambor de agua, pero muy pronto ha empezado la catástrofe. Ha
empezado a salir agua de la lavadora. La cocina corría el riesgo de convertirse
en un parque acuático. Ver salir tanta agua, me ha causado un terror profundo.
Lo único que he podido hacer es apagarla y salir de la cocina dando brincos de
un lado para otro para no mojarme. He llegado a mi habitación y respiraba muy
agitadamente. Bufff. He estado muy cerca de empaparme.
He llamado a mi dueño, le he explicado lo sucedido y bueno
poco podía hacer yo. Al menos he puesto unas toallas en el suelo para que se empaparan
y no saliera el agua fuera de la cocina. Cuando ha llegado mi dueño, ha
recogido el agua y lo ha secado todo bien.
Jopé. Que mala suerte. Se nos ha escacharrado la lavadora.
Mucho me temo que tendremos que comprar una nueva.
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