Hola. Ya casi estamos en otoño. Bueno, normalmente cogemos
de referencia el 21 de septiembre como la fecha de inicio del otoño, al menos
en el hemisferio norte, en el hemisferio
sur, en esta fecha empieza la primavera (esto es un guiño para mi amiga Cune,
que está súper feliz con la llegada de la primavera). Aunque si hay que ser
estrictos el cambio de estación tendrá lugar mañana por la mañana. Así que hoy,
podría decir que es el último día del verano. Aish. Y quería celebrarlo de
alguna manera especial.
Así que hoy he puesto el despertador para madrugar un poco,
me he aseado y he ido a desayunar fuera. Ya hace tiempo quería ir al
restaurante Viena nuevo, antes lo tenía muy cerquita de casa, pero ya hace unos
meses lo cambiaron, ahora está a las afueras de la ciudad y la verdad, me da un
poco de pereza ir hasta allí. Así que hoy, para despedir el verano me daré un
buen desayuno en el Viena. He cogido el autobús, y unos minutos después, estaba
delante del Viena. ¡Yupi!
Solo llegar, viene lo complicado. ¿Qué pedir? Casi podría
decirse que me sé de memoria la carta. No ha cambiado nada. Pero aun sabiéndola,
siempre dudo cuando tengo que pedir. Si tuvieran flaMs en la carta, la elección
sería más fácil. Jejeje.
Al final he optado por unos zumos de naranja, unos croissants,
una coca de rosbif y otra de roquefort.
Tampoco quería comer demasiado, así que algo ligero.
Estaba todo delicioso. Después de comer, hacia tan buen
tiempo que he vuelto paseando a casa. Una delicia de paseo. Pero… al llegar a
casa, después de la caminata me ha entrado hambre de nuevo. Así que he vuelto a
desayunar, esta vez un riquisísimo flaM sin azúcares añadidos, hay que
conservar la línea. Jejeje.
Un hociquito
1 comentarios:
En el Viena esta todo rico Travis.
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