Ya se que hoy, todos esperabais que os explicara como fue el
día de Nochebuena, pero me ha pasado algo hoy, que tengo que explicároslo.
Mañana ya os contaré lo de Nochebuena.
Pues resulta que hoy, más o menos he madrugado. No me he
levantado a las doce de la mañana como hago siempre, lo he hecho a las once y
media. Medio somnoliento salgo de mi cuarto camino al cuarto de baño, cuando he
notado que algo no estaba bien. Me he parado, he observado el salón. Me ha
costado un poco, aun estaba somnoliento y no podía procesar las cosas con
normalidad. Pero de repente lo he visto. ¡LA MESA DEL SALÓN HABÍA DESAPARECIDO!
Solo quedaban las dos patas de la mesa. ¿Qué había pasado?
Rápidamente he llamado a mi dueño, todo preocupado, y le he
explicado la situación. Se le notaba preocupado a él también. ME ha explicado,
que algunos vecinos de nuestro edificio le había comentado que se habían visto “termitas
bromi bromi”, unas termitas muy voraces, que en cuestión de horas podían
comerse los muebles.
¡VAYA!
Él estaba trabajando y no podía venir, pero yo, como el oso
grande y fuerte que soy, sería el encargado de revisar toda la casa,
investigando cada rincón, para exterminar a las voraces “Termitas bromi bromi”
que amenazaban comerse los muebles de casa.
Así que provisto de una arma mortífera para las termitas (la
pala de matar moscas) y mi decisión y coraje he procedido a la misión de exploración
de la casa. No quedaría ninguna termita a salvo de mi.
He estado así varias horas. Muy atento. Pero no encontraba
ninguna. Estaba empezando a pensar dos cosas. Una, que se escondían muy bien y
la otra, que al ver a un oso tan fiero como yo, habían huido despavoridas. Por
si acaso, he seguido buscando termitas un rato más.
Cuando de repente, mi cacería se ha visto pausada. Han
llamado a la puerta. He mirado por la mirilla. Era nuestro carpintero. Lo
primero que me ha venido a la cabeza, es que venía a ayudarme a cazar termitas,
lo debía haber llamado mi dueño.
He abierto la puerta con una gran sonrisa y de repente veo
que lleva la pieza de la mesa que faltaba. “Hola” – me ha dicho. Ya tengo
reparada la mesa, vengo a ponerla en su sitio.
Se ve, que la mesa tenía una parte rota y el carpintero la
había retirado por la mañana a primera hora para arreglarla.
He llamado a mi dueño muy enfadado. El muy tonto aún se esta
riendo. Si lo se, me han gastado una broma del día de los inocentes. Eso me
pasa por no mirar el calendario. Hoy día 28 de diciembre, santos inocentes. Y
una vez más me han gastado una broma. Aish.
En fin hociquitos inocentes.
Ahora solo me queda maquinar alguna broma para mi dueño. La
venganza será terrible.
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