Hola
buenos días. Hoy estoy contento y un poco triste. ¿Por dónde empiezo?
Estoy
feliz porque he dormido muy bien. Como ya os conté ayer, había un esperado
partido, y estaba un poco receloso de que no podríamos disfrutar de un buen
partido. Pero imagino que al final los responsables de los equipos leyeron mi
Comunicado y me hicieron caso. Fue un gran partido, emocionante, donde el
Madrid jugó muy bien, que poco cuesta hacer las cosas bien sin patadas ni
pisotones, el Barça bajó un poco su rendimiento. Pero al final un buen
resultado, un empate 2 a 2. El Barça se clasificó y el Madrid quedó eliminado,
pero con un buen sabor de boca por el buen partido que hicieron. Y lo mejor… el
flaM que me comí antes de ir a dormir.
Pero
cuando me he despertado esta mañana, el Tió de Nadal estaba con una cara un
poco triste.
Enseguida entendí la mirada. Era la hora de irse. Mi Tió de Nadal
una vez pasada la Navidad siempre se queda un poco más en casa, me encanta
cuidarlo y mimarlo, le doy bien de comer y él está encantado. Pero llega el día
que debe volver a su casa, la cueva mágica.
Así que
nos hemos reunido los peluches, y lo hemos despedido como es debido, con
un gran abrazo. Ahora estaremos mucho tiempo sin saber de él, ya que en su
cueva no tienen ni teléfono, ni internet…
Cuando
ya se iba, le he recordado que coma bien, porque así crecerá más y el año que
viene tendremos más regalitos para navidad. Él no ha dicho nada, solo se ha
reído, ha cruzado la ventana del balcón y simplemente ha desaparecido. Tal como
vino se ha ido. Con magia.
Adiós
Tió de Nadal. Un hociquito.
Jopé.
Ya lo echo de menos.
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