¡Hola amigos!
Por fin, después de un día con los botines, vuelvo a flotar
y a disfrutar de la comodidad de mis patucos. Estas blanquísimos y huelen
fenomenal. Que sensación tan agradable.
Para poneros en antecedentes para el comunicado de hoy, os explicaré que el fin de semana pasado habíamos estado sacando
cajas viejas del armario, en una de las cajas había un pequeño osito, un winnie
the pooh muy coqueto. Pero para mala suerte para él, la caja tenía un agujero
en su parte superior y durante los años que había estado ahí se había ido
llenando de polvo. En teoría un Winnie the Pooh es anaranjado con una camiseta
roja. Pero el que encontré era de un color naranja y gris. Estaba sucísimo.
Ya sabéis lo poco que me gusta el baño, pero reconozco que
este osito lo necesitaba. Así que lo puse en una cestita que tengo en mi
habitación y hoy esta mañana, como esta inspirado he procedido a su limpieza.
La última vez que quise limpiar algo, acabé yo mismo dentro
del agua, así que esta vez tomaré medidas de precaución.
Como el osito es tan chiquitín, he utilizado la tapa de una
fiambrera como bañera. Así no hay peligro que yo acabe dentro. Luego he buscado
mi gel de baño personal, un trapo para secarlo y…. al agua patos.
Este osito es muy valiente, no ha protestado nada.
Luego también he usado un palito para poder ir moviéndolo sin
que yo me mojara. Osito prevenido vale por dos.
Unos minutos después ya estaba limpio. Así que lo he secado
con el trapito y lo he sacado al balcón para que se secara.
Gracias a que hoy hacía un poco de viento, en poco rato he
tenido al osito Winnie seco y reluciente. Ya tenemos otro osito más en casa.
Aunque técnicamente ya lo teníamos aquí, es el más veterano de la casa.
Cuantos
cotilleos nos va a contar de mi dueño cuando era más joven. Jujuju. Lo que nos
vamos a reír.
Un hociquito cotilla.
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