Hola. Ayer os dejé con un pequeño misterio. Esas piedras
apiladas en un caminito cercano a la fuente.
Esas piedras son hitos, una señal de piedra que sirve tanto
para delimitar territorios como para indicar direcciones en un camino. Si se
hace el camino a pie a la “Font del Llop” cuando se está ahí, es un poco
confuso saber por donde sigue el camino. De esta forma con esta señal, el
excursionista sabe como retomar el camino y seguir con la excursión. Por
cierto, aún tienen otro nombre, que me ha hecho mucha gracia, mojón, es obvio
que es por la forma, ¿no? Jejeje.
Después de desayunar y hacer unas cuantas fotos por la zona,
íbamos muy bien de tiempo, así que mi dueño me propuso ir a visitar otra fuente
cercana. Precisamente es donde se dirigía ese caminito señalado con las
piedras. Y aunque nos encanta andar, esta vez, volveríamos a hacer parte del
camino en coche. Así que volvimos al coche, y seguimos por la carretera unos
pocos minutos más.
Pronto volvimos a aparcar el coche en un descampado, ya
había muchos coches allí. Por lo que me explico mi dueño, desde allí es muy típico
que los escaladores aparquen y hagan a pie un recorrido para llegar a una zona
donde hay riscos. De hecho al lado del coche había esta señal.
En catalán “cingles” significa “riscos”.
Andamos unos minutos más, nos cruzamos con bastante gente,
la mayoría escaladores que habían ido a practicar.
Mirad en esta foto.
Aquí se pueden ver los riscos donde hay vías para escalada.
Son enormes. Y aún os explicaré algo más. Si recordáis, la semana pasada visité
“La Mussara”, el pueblo abandonado. Pues estaba bastante cerca, está situado
justo detrás del risco que podéis ver más a la izquierda. Y a la derecha de
todo, hay unas antenas. Gracias a ellas podemos ver la tele, pues son las
antenas repetidoras de señal.
Bueno, un poco más y llegamos a la fuente. ¿su nombre? No os
lo he dicho. “La Font del Roure” (La fuente del Roble).
Pero así como la “Font del Llop” me había gustado mucho,
está todo lo contrario. Hace muchos años, cuando mi dueño era un cachorrín, si
estaba mucho mejor, pero desde entonces no había vuelto, y nos la encontramos
en muy mal estado.
Sin nada de sombra, y parte de la fuente se había hundido,
provocando un desvío de la ruta del agua, ahora salían unas pocas gotas de una
tubería que habían puesto, y todo rodeado de una charca bastante sucia. Mi
dueño se puso un poco triste, él la recordaba mucho más bonita y ahora… bueno,
hice algunas tonterías de las mías para animarle.
Dimos una vuelta por los alrededores para cotillear y hacer
más fotos. En el camino descubrí una roca con una forma curiosa debido a la
erosión. ¿la veis detrás mio?
No se ve muy bien, esperada que la amplio.
Mejor, jejeje.
Cerca del coche descubrimos una gran balsa metálica con agua
en su interior. Es una balsa que recoge agua, para que en caso de incendio, los
helicópteros puedan repostar agua y así apagar incendios.
Y para acabar la excursión, me dediqué unos minutos a mi
mismo. A coger energía.
Un ratito de “solterapia”. Que a gustito se está tomando el
sol y que bien sienta.
Y ya para acabar, escogí un bonito árbol, me encaramé por el
tronco y le di un gran abrazo, para llenarme de esta magnifica energía natural
que hay por la montaña.
Fue una gran mañana de domingo.
Un hociquito como el de ayer. Un hociquito montañero.
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