En varias tradiciones religiosas Shambhala es un reino
mítico escondido en algún lugar más allá de las montañas nevadas del Himalaya.
La localización de Shambhala y su naturaleza son objeto de
disputa. Mientras algunas tradiciones afirman que existe realmente, otros
afirman que es un lugar intangible al que sólo se puede llegar a través de la
mente.
Pues que sepáis que yo si se donde está, es más, lo he visto.
Jejeje. Ahora os cuento la historia.
Todo empezó el domingo pasado. Normalmente ya sabéis que
durante la semana suelo dormir hasta el mediodía, pero en los fines de semana
duermo una hora más, para descansar.
Pero el domingo, mi dueño, me hizo madrugar, eran ya casi
las once de la mañana y me vino con un… ¡buenos días Travis! Hora de
levantarse. Medio abro un ojo, miro el despertador y le digo “déjame dormir dos
horitas más”.
Pero no se quedo contento, y al final me hizo levantar. Me
aseé un poco, me peiné y me disponía a vestir. Entonces recordé que una amiga
del Comunicado de Travis, me comentó el viernes, que hay una tradición, “quien
no estrena por el domingo de ramos, se le caerán las manos”. Así que no me
quería vestir si no era que pudiese estrenar algo. Al final resulta que tenía
una camisa lila que me había regalado por mi cumpleaños que aún no había
estrenado. Ese era el día. Mis manos (o patitas) estaban a salvo.
Todo era un misterio, no sabía a donde íbamos. Pronto vi que
quedábamos con unos amigos e íbamos todos a comer al McDonald’s. ¿Estaríamos
celebrando algo?
Pero no. Comimos con normalidad y allí conocí a “Blau” un
lindo perrito de peluche. Era la mascota de la clase del niño de mis amigos.
Ese fin de semana les tocaba cuidar a “Blau”.
Bueno, yo seguía un poco mosca. Con lo cotilla que soy yo y
nadie me contaba que pasaba.
Después de comer, cogimos el coche y todos juntos seguimos
el camino.
De repente un cosquilleo recorrió mis patitas.
El camino que
estábamos siguiendo era muy conocido, y cada vez más. El año pasado había
recorrido esta carretera muchas veces. Ahora ya estaba seguro, nos dirigíamos a
¡PORT AVENTURA!
Es cierto, ya ni me acordaba, el pasado viernes habían
vuelto a abrir el parque. ¡Yupi!
Cuando llegamos de las primeras cosas que vi, era un cartel
publicitario del parque que anunciaba la próxima inauguración de una nueva
atracción, “Shambhala”.
Prometía ser, de lejos, la montaña rusa más grande del parque.
Y vaya que lo era, y con diferencia.
Desde el área de “Mediterránea” se podía divisar al lo lejos
la nueva atracción. ¡Quería verla de más cerca!
Así que sin pasar por ninguna otra atracción ni espectáculo,
me dirigí hacia la nueva atracción.
Ya desde la zona de Sésamo Aventura se veía uno de los
extremos.
Y por fin llegué a China, allí es donde está “Shambhala”.
Está situada justo al lado del Dragon Khan (la otra montaña rusa del parque,
está allí desde el inicio de Port Aventura).
Shambhala es color blanco y azul claro y Dragon Khan, la
montaña rusa más veterana del parque, es de color rojo y azul, que por cierto,
se nota que la han repintado. Parece nueva.
Siempre he pensado que el Dragon Khan es grande, pero es que
al lado de Shambhala se queda pequeñito. Para que os hagáis una idea, la parte
más alta de Shambhala mide 76 metros y la del Dragon Khan 45 metros. Pero ya no
solo eso, con el recorrido del Dragon Khan es de 1269,5 metros y la de la nueva
atracción es de 1650 metros. Y ya no digamos sus velocidades. Dragon Khan tiene
una velocidad máxima de 101,4 km/h y agarraos, que vienen curvas, Shambhala,
134 km/h.
Y antes de que corráis para subiros, esperada un momento. De
momento aún no está funcionando, faltan algunas cosillas técnicas y luego hacer
las pruebas de seguridad pertinentes. Se nos dice que durante esta primavera se
inaugurará. Así que tendremos que esperar un poquito.
Pero no es la nueva novedad del parque, mirad está foto.
Aquí podéis ver una zona nueva, destinada a los más peques de la casa.
Mañana os sigo contando.
Hociquitos desde Shambhala.
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