Sigo con mis tareas domésticas. Hoy en casa teníamos día de
plancha. Eso si, cada uno se plancha su ropita. Yo no me fio que mi dueño me
planche mi ropita, es un poco manazas. Y tampoco le plancho la suya, planchar
ropa talla dueño es agotador.
Eso si, le ayudo con las sábanas, él las plancha y yo le
ayudo a doblarlas. Aunque….
La tentación es muy fuerte, y siempre acabamos
jugando, mejor dicho, acabo jugando con las sábanas, como si fuera un tobogán y
el me riñe. Pero sé que lo hace jugando, se lo pasa bien conmigo, jijiji.
Hoy tenía poca ropita para planchar, mi ropa jedi, unos
pantalones tejanos y mi camisa, chaleco y corbata, la que manché de chocolate
el otro día. Así que hoy estaré poco rato. Mejor, porque hace mucho calor y
tanto rato al lado de la plancha me hace sudar la gota gorda.
No se si es correcto o no, pero como siempre lo he visto
hacer así lo hago, me refiero a planchar los pantalones del revés. No se el
motivo, jejeje.
Bueno, pues lo tengo bien planchadito, desenchufo la plancha
y ahora solo queda guardar la ropita en el cajón.
Pero…
¡Uooooh! ¡¡Se me ha caído la plancha encima de la patita!!
¡Jopé! Ahora que mi dueño ya se encuentra bien de su patita
ahora me he hecho daño yo. Me han colocado una venda. Aish…. Ahora soy yo el
que necesita mimitos y cuidados.
Un hociquito mimoso
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