Hola amigos.
Ya visteis ayer mi incidente con la plancha. Menudo
planchazo, jejeje. Y es que siempre me tienen que pasar cosas. Algunos, muy
malpensados ellos, sospechan que es un accidente falso y que me encuentro bien.
Según dicen, que normalmente, cuando mi dueño ha estado malito o se ha hecho
pupa, al cabo de unos días me pasa algo a mí.
¡Paparruchadas!
Tengo que reconocer que fue un accidente extraño, pero así
ocurrió.
La tarde de ayer, la pase sentadito en la butaca, con mi
apreciada almohada amarilla, y con la patita en reposo. Aproveché para ver los
programas de cotilleo que hacen por la tele. Como casi nunca los veo… así me
puse al corriente. Jejejeje.
Cuando uno está malito, agradece mucho los momentos de mimos
y la compañía, yo lo se muy bien, soy un especialista. Los ositos de peluche
sabemos hacerlo muy bien cuando vemos a nuestros dueños tristes o enfermos.
Pero mi dueño, e imagino que el resto de dueños, también lo hacen cuando nosotros
no estamos bien.
El mio lo intenta, me cuida y mima, aunque nunca lo hará tan
bien como un osito de peluche. No me quejo. Todos los mimos hechos de corazón,
siempre son bien recibidos. Y encima ayer, cuando llegó de trabajar, me tenía
preparada una gran sorpresa.
Me trajo un ¡FLAMMM! Porque tenía la patita pachucha, que si
no… pego un salto y le doy un abrazo gigante.
Así que al final del día, seguía con mi patita dolorida pero
con un buen flaM de postre.
Dentro de lo malo, hay que mirar las cosas buenas. ¿No?
Un hociquito de Travis
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