ASISTÍ AL MDNA TOUR DE BARCELONA

Hoy creo que el Comunicado de hoy no es ninguna sorpresa, ya que ayer ya os explicaba que me iba de concierto, a ver a Madonna en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

Llegué bastante pronto, una hora y media antes de que empezara. Ya habían abierto las puertas y en su interior no había mucha gente aún, en las primeras posiciones, los fans que llevan horas y en algunos casos incluso días haciendo acampada delante del Palau. Pero aun así, me pude situar en muy buena posición. Por lo que en primera fila no estaba, pero por haber ido pronto estaba en una posición genial.

En Barcelona el telonero de Madonna fue el disc jockey de música electrónica Martin Solveig que a las ocho de la tarde ya había convertido el Palau Sant Jordi en una pista de baile.

A las nueve y media debía empezar el concierto, cuando ya faltaban cinco minutos, los técnicos retiraron el gran telón con la foto de Madonna y por fin podemos ver el escenario. Ya mis patitas estaban temblando de emoción.

Pero fueron pasando los minutos, y el concierto no empezaba. Había retraso. Al final, con cuarenta minutos de espera empezó el concierto. Madonna apareció de forma estelar dentro de una urna y rodeada de proyecciones que convirtieron el Palau Sant Jordi en una catedral gótica.

Seis bailarines vestidos de monjes han tocado las campanas de esta catedral ficticia ante una cruz gigantesca hasta que han oído los primeros acordes de “Girl Gone Wilde”, el público se volvió loco.

 La iconografía religiosa no ha abandonado el escenario durante toda la primera parte del concierto, pero se ha solapado con otras puestas en escena, como la de aire militar que ha elegido Madonna para interpretar “Revolver” con metralleta en mano o la estética de película de acción de “Gang Bang”, ambientada en una habitación de motel, liándose a tiros con los bailarines. Al final, “Papa don’t preach” pone un poco de paz en el escenario.

 Durante la primera media hora, Madonna nos ha dejado con la boca abierta, éramos incapaces de asimilar la enorme cantidad de estímulos visuales y auditivos del montaje, que ha utilizado recursos cinematográficos, teatrales y de toda índole. 

La cosa ha cambiado cuando la reina del pop ha hecho su primer cambio de vestuario y ha salido vestida de majorette para cantar “Express Yourself”, esta vez con un escenario mucho más luminoso.

Con este cambio de tercio, el estadio entero empezó a bailar, aunque rápidamente hemos  vuelto a quedarnos con la boca abierta cuando unos cuantos tamborileros que han salido con las majorettes han empezado a volar literalmente sobre nuestras cabezas, colgados de cuerdas invisibles.

Nuevo cambio de vestuario, se cuelga la guitarra y saluda por primera vez al público antes de empezar “Turn up the radio”.

Y de esta forma se llegó a la mitad del concierto y aparecieron sobre el escenario el trío vasco Kalakan, que han interpretado su tema en euskera “Sagarra Jo”, Madonna se les une al final de la canción con una gran versión de “Open Your Heart” y luego cierra el tercio “Masterpiece”.

En ese momento, el escenario vuelve a cambiar y se convirtió en una pasarela de moda, estaba claro que ahora tocaba la canción “Vogue”.

Y ya empezaba la recta final, “Human Nature”, “Like a Virgin” y “I’m addicted”.

Y llegó el momento de “Like a prayer”, con una versión parecida a la que pudimos ver en la Superbowl, una versión muy espiritual con un gran coro góspel que ocupa el centro del escenario.

Y se acabó con “Celebration”, una de las canciones que más me gusta. Dos horas de un gran espectáculo.

“The MDNA Tour”, que repite hoy en Barcelona, se alargará hasta el 2013, después de recorrer treinta países y ofrecer más de 90 espectáculos, en el itinerario más largo de la artista, que en su anterior gira hizo 85 paradas.

Un hociquito musical

P.D

Esa era la crónica oficial, pero ya os explicaba ayer mi amistad con Madonna… así que siempre me permite un poco de protagonismo en sus espectáculos. No mucho, porque la eclipso, pero me dejo actuar como bailarín en una canción “Celebration”, mi preferida. Jejejeje. Y lo bien que me lo pasé.

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