Hoy hace mucho viento en Reus. Por la situación geográfica
suele hacer viento fuerte bastantes veces al año. Ya estoy acostumbrado. Mi
dueño a veces aprovecha estos días para tender ropa, así se seca más rápido.
Así que como tenía unas pocas piezas de ropita para lavar,
he aprovechado la mañana para hacerlo y tenderla. Con el viento, en un plis
plas, estará seca.
Me falta un poco de práctica en tender la ropa en
situaciones extremas como la de hoy. Demasiado viento.
El viento se me llevaba la ropa, incluso antes de empezar a
tenderla.
He optado por poner una piedra sobre la ropa y así evitar
que se fuera.
Como siempre, me he encaramado y luchando contra los
elementos, he conseguido tender, con mucha dificultad, el chaleco. Buffff. Que agotador.
He proseguido con el resto de piezas. Realmente es muy difícil.
El viento era tan fuerte, que primero me tenía que coger con fuerza al alambre,
encontrar una posición estable, y colgar la ropa. Todo esto, evitando que el
viento me tirara y evitando también que se me llevara mi ropita.
Cuando por fin he conseguido tender la última pieza de ropa,
ha empezado el drama. Casi que me caigo cuando veo que el viento se ha llevado
mi chaleco. Con lo fuerte que sopla, a saber donde debía ya estar mi chaleco.
Ya me veía sin chaleco, cuando me he dado cuenta, que el
viento lo ha arrastrado hasta una de las plantas del balcón. Bufff. Menos mal.
He ido corriendo hasta allí y he conseguido salvar mi chaleco.
Hace demasiado viento y no estoy tranquilo. Si sigue
soplando así, es probable que se lleve toda mi ropita. Así que arriesgando mi
tipo de nuevo, he recogido toda mi ropa de nuevo.
Pero… ¿Qué hacer con toda la ropa mojada?
A grandes males, grandes remedios, Jejejeje. Hay que improvisar.
No volveré a tender la ropa cuando haga viento.
Un hociquito ventoso.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.