Hace unos meses cuando vi el teaser de esta película pensé
que “Abraham Lincoln Cazador de Vampiros”
era un chiste. Pero a medida que pasó el tiempo, pude comprobar que era en realidad
una película de verdad y me la reservé para hacer “Una Butaca de Travis”, y en
esta película, nunca mejor dicho, más abajo, cuando veáis la foto, lo entenderéis.
Y es que en realidad esta película es una adaptación de una
novela con el mismo título, escrita por Seth Grahame-Smith. Este libro quizá
deberíamos tomárnoslo más como una pseudo-biografía que como una novela. La
realidad y la ficción se entremezclan tan bien que es casi imposible saber qué
era real y qué no (a excepción de los momentos en que los vampiros hacen su
aparición estelar). Además, las fotografías que acompañan al texto le dan una
especie de verosimilitud.
Así pues la historia nos presenta como el futuro presidente de Estados Unidos es en
realidad un cazador de vampiros. Conocemos su pasado y que ocurrió para
motivarlo a ser un cazador, y también conoceremos sus batallas en la Guerra de
Secesión. Siempre se dice que el libro es mejor, pero el filme hace varios
cambios acertados: No se detiene mucho en la carrera política y aspectos
biográficos de Lincoln, se personifica la amenaza vampira en un villano y
sobretodo nos muestra una versión más amena de Abraham.
En vez de ser gruñón como en el libro, Abe aparece como un
grandullón con rasgos infantiles. Sobretodo cuando está cerca de Mary. En esos
momentos su torpeza nos recuerda a Clark Kent, y no podemos evitar que nos
caiga bien. También se le agregó un amigo afroamericano, para darle su lucha
contra la esclavitud una justificación emocional a una que en la obra original
es fría y práctica: “Hay que despojar a los monstruos de su principal fuente de
alimento”.
Desafortunadamente, me cuesta sentir miedo en sus peligrosas
misiones. En vez de tomarse el tiempo para meternos en un pasillo oscuro junto
con el héroe, el director siempre opta por el corte rápido y las breves
secuencias a modo de resumen. Y los demonios están maquillados digitalmente,
cosa que quita el impacto visual de las viejas prótesis de siempre.
El villano de la película es demasiado simple como para que
le recordemos después la salida del Sol. Aunque la mayor pérdida en esta
adaptación sea el personaje de Henry, el mentor de Abe. En la novela es un
personaje complejo, misterioso, y sabio, llenos de diálogos interesantes. Aquí
es un Don Juan desarreglado que no inspira a nadie.
Y como siempre, os dejo con el tráiler. Un hociquito y buen
fin de semana.
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