Esta tarde me he entretenido tanto viendo la tele, que se me
ha olvidado merendar a mi hora. Una hora más tarde me he dado cuenta y he ido a
cotillear por la cocina a ver que podía comer.
Como era más tarde no quería
merendar mucho, si no luego no ceno.
Mi primera opción ha sido comer fruta, pero solo había lo
típico, plátano, manzana o melocotón. Ya me gustan, pero me apetecía algo
distinto.
Como estaba en plan cotilla, he observado un barreño con
agua y bolitas verdes dentro. ¿Qué sería?
¡Ah! Aceitunas de la masía. Mi dueño las ha puesto en agua
unos días para luego hacer conserva con ellas y tener durante todo el año.
Realmente nunca he visto como lo hace. Estaré atento a ver como las prepara y
si me da permiso os lo explicaré el día que lo haga. Pero claro, ahora no voy a
merendar aceitunas. A ver que más hay por la cocina…
¡Iep! ¡Más aceitunas! ¡Y estas son de color más oscuro!
¿Pero que hace mi dueño con tantas aceitunas?
Pero…
Se ven un poco raras. Me parece que no son aceitunas. Mi
superolfato me confirma que no lo son. Tienen un olor más dulzón. Voy a darle
un mordisquito.
¡Oh! El sabor es un poco ácido, me recuerda ligeramente a
una manzana. ¡Que curioso! ¡Pero está muy rico! Ya se. Esta va a ser mi
merienda de hoy. ¡Aunque no sepa lo que estoy comiendo! Están riquísimas.
Cuando ha llegado mi dueño, lo primero que le he preguntado
ha sido que eran esas frutas. Cuando me ha dicho el nombre, le he dado un
hociquito y he corrido a buscar más información sobre esa fruta.
Las frutas en cuestión son “azofaifas”. Su origen es del sur
de Europa y este de Asía. Proviene de un árbol pequeño, el azofaifo, con un
tronco espinoso y muy retorcido. Las azofaifas son ricas en vitamina C, almidón
y azucares. Y con ellas se pueden preparar mermeladas o comer directamente como
he hecho yo. Es un reconstituyente natural y aumenta las defensas del cuerpo.
Las hojas del árbol son buenas para bajar la fiebre y las pepitas son sedantes.
E incluso me he enterado que con la madera del árbol, se construyen
instrumentos musicales como las grallas, dulzainas o las tenoras.
Que gran descubrimiento he hecho hoy. Voy a comer unas azofaifas más. Jijiji.
Un hociquito azofaifado.
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