Hola. Estos últimos días han sido un poquito tristes, pero
hay que ser fuertes y tirar para delante, y a veces las cosas más pequeñas nos hace
sonreír. Como en mi caso, justamente ayer me hicieron un regalito, un soplete
de cocina, para poder hacer recetas que necesiten quemar, como por ejemplo la “crema
catalana”.
Este regalito me ha hecho mucha ilusión, y aunque hoy tenía previsto
hacerme unos flaMs riquisísimos, he decidido estrenar este soplete de cocina,
precisamente haciendo una cosa que se parece mucho al flaM y si es lo que pensáis,
lo he puesto antes de ejemplo. Crema catalana.
No voy a enrollarme con la receta de la crema catalana, ya
es la tercera vez que hago este postre en el Comunicado, así que si queréis ver
la receta, haced click “aquí”.
Después de hacer la crema y dejarlo enfriar. Comimos y al
terminar con el segundo plato, yo me dirigí a la cocina para estrenar el
soplete y quemar el azúcar con él.
Así que me dispongo a hacerlo y…
¡Oh! No se enciende. Lo intento otra vez.
Glups. No funciona.
Se lo explico a mi dueño, y después de comprobarlo, vemos
que no tiene carga de gas. Tenemos que comprar un cargador de gas para este
cacharro. Vaya.
Menos mal que aún tengo mi plan B en marcha. El quemador
eléctrico de siempre.
Así que lo enchufo a la corriente y en unos minutos ya está
suficientemente caliente para quemar la crema.
Como siempre la crema catalana estaba riquisísima. Pero me
hubiera hecho ilusión haberla hecho con mi soplete nuevo. Otro día será.
Un hociquito cremoso.
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