Hoy vamos de cine, es viernes y hay una película en
cartelera que me apetece ver. Esta vez es un tanto peculiar mi elección. Creo
que es la primera vez que en “La Butaca de Travis” hablo de un director tan
peculiar como Tarantino. Sus películas tienen una visión muy particular. Y es
que precisamente hoy, se estrena la nueva película del director. El western “Django desencadenado”.
La acción de la película nos sitúa en Texas, año 1858. Dos
años antes de que estalle la Guerra Civil Americana, la vida del esclavo Django
se cruza con la del Dr. Schultz, un ex dentista de origen alemán que se gana la
vida como cazarecompensas y que precisa de la ayuda de Django para identificar
a los hermanos Brittle, unos asesinos a quienes el esclavo conoce bien y que
Schultz debe entregar a las autoridades vivos o muertos. El doctor libera a
Django, quien ayuda a Schultz a lograr su fin con óptimos resultados. De esta
manera, Django consigue que el Doctor le entrene como cazarecompensas y
asimismo, le ayude a idear un plan para recuperar a su esposa, Broomhilda quien
trabaja en una plantación propiedad de Calvin Candie en Mississippi.
Con “Django desencadenado” Tarantino nos ofrece un western
sangriento ambientado en el sur de los Estados Unidos de la segunda mitad del
siglo XIX. Un tema tan delicado como la esclavitud, es tratado como no podía
ser menos, con la delirante visión a la que Tarantino ya nos tiene más que
acostumbrados. Sin escatimar en sangre, diálogos absurdos y ese humor tan suyo,
la cinta no defrauda a los incondicionales del director.
Las escenas quizás
son un poco largas, pero las algo más de 2 horas y media de metraje no se hacen
pesadas, y ello a pesar de que el argumento en sí, podría ser muchísimo más
breve. Sin embargo, si fuera así, no estaríamos frente a una película dirigida
por Tarantino. “Django desencadenado” está plagada de asesinatos bañados en
sangre, vamos lo típico en sus películas. Narrativamente, da excesiva
importancia a elementos que en cualquier otra película serían presentados sin
pena ni gloria; con escenas muy bien arropadas por una banda sonora elegida con
muy buen criterio. Lo dicho, Tarantino no defrauda en absoluto.
Sin embargo, aunque no defrauda, tampoco sorprende. Esto
último no tiene por qué ser malo, pero cuando un director de cine tiene una
visión tan personal a la hora de mostrar un argumento, sea éste el que sea,
puede suceder que luego, al ver la película, ya no sorprenda.
Como siempre os deseo un muy buen fin de semana y os dejo
con el tráiler.
Un hociquito desencadenado.
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