Después de ver la cabalgata de Reyes y poder darles por fin
la carta a Sus Majestades, llegué a casa, cene temprano y a la cama. Con lo
ajetreado que había sido el día, no quería arriesgarme a que llegaran los Reyes
y aún estuviera despierto.
Como fui a dormir tan pronto, también me desperté mucho
antes de lo que es habitual. Así que raudo y veloz, me quité el pijama y me
puse mi ropita.
Corrí hacia el comedor y…
¡La mesa pequeña estaba llena de regalos! ¡Yupi!
Lógicamente no eran todos para mí. Empecé a buscar mis
regalos.
Como se notaba que este año había dado la carta en
PortAventura, supongo que los reyes me compraron allí dos cosas que les pedí.
¡Un pijama nuevo! Me encanta.
Y una libreta para apuntar mis cosas, mis ideas para
comunicados… ¡genial!
Pero aún había más. Una batidora profesional. Por fin podré
hacer pasteles superesponjosos.
Un avión de Playmobil. Y de los que vuelan, bueno, planean.
Y mi dosis de regalos frikis. Los tres últimos tomos de un
manga que colecciono y un set de chapas de la serie de televisión “Juego de
Tronos”.
¡Vaya! No me puedo quejar nada. Estoy encantado con mis
regalos de Reyes.
Un hociquito mágico.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.