Hoy me he despertado con una sensación extraña en el cuerpo.
Aún no estaba lo suficientemente despierto como para poder estar seguro de que
era.
Después de desayunar, ya he empezado a ser un osito normal,
mis supersentidos se han agudizado y entonces he comprendido que era ese
hormigueo que me recorría el cuerpo.
En algún lugar de la casa había una caja de galletas de
canela. No sé explicarlo, pero cuando mi dueño compra una caja de esas
galletas, siempre tengo esa premonición. Antes de verlas u olerlas, ya las
noto. Me vuelven loco y a él también. Quizá es por ese motivo que hace lo que
hace. Las compra. Las trae a casa de escondidas y las guarda en un lugar
seguro, confiando en que yo no las vea. Pero casi siempre las encuentro y
claro.. .Soy un osito. Me las como.
Así que ahora me he puesto a buscar las galletas por toda la
casa.
Cada vez me lo pone más difícil para encontrarlas. Pero yo soy tenaz y no
desisto de mi búsqueda. Busco en todos los rincones, en todos los armarios, en
todos los cajones…
Pero esta vez… me lo ha puesto extremadamente difícil. Llevo
ya dos horas buscando y no las encuentro. Una de dos, o las ha escondido en un
sitio supersecreto o mi superpoder falla.
Después de desestimar la segunda opción (es imposible que no
funcione mi superpoder) he hecho un poco de psicología inversa. Si yo fuera mi
dueño… ¿Dónde escondería las galletas pensando que no lo buscaría nunca ahí?
¡Ya se! “En un sitio en el que hubiera riesgo de mojarme” Glups.
Así que he mirado en la ducha y nada. Allí no estaban.
¿Y la lavadora? Me causa pavor el pensar de quedarme encerrado
y que se ponga en marcha.
Así que con mucho sigilo me he acercado a esa máquina
infernal.
He abierto la puerta y…
¡Allí estaba la caja de galletas de canela!
¡BIEN!
Son…. Miiiiiias. Mi tesoro. Jujuju.
Punto para Travis. He ganado.
Así que me despido. Muy buen fin de semana.
Un hociquito con
aroma de canela.
ME VOY A PONER LAS BOTAS
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