Hoy mi dueño me ha traído un pan redondo talla Travis. Jejeje.
Menudo desayuno me voy a zampar. Estaba pensando en que pondría en este
bocadillo, cuando me ha dicho… ¿Por qué no te haces una “clocha”?
¿Clocha? ¿y eso que es? Mi curiosidad se depertó, asi que me
puse a buscar información sobre la clocha. Un rato después ya sabía lo que era
y tenía muchas ganas de comer una. Jejeje.
La clocha es un plato tradicional de la zona sur de la
provincia de Tarragona, sus orígenes se pierden en el tiempo. Los campesinos de
la zona se lo preparaban el día que tenían que realizar las tareas en el campo.
Consiste en cortar el pan en la parte superior, como si
fuera una tapa.
Luego se vacia la miga del pan. Quedando el pan vacio.
De
esta forma los labradores la usaban como una fiambrera para llevar la comida, la cual es rica en calorías y aportan la energía y vitalidad necesaria para poder
realizar los trabajos de cada temporada en el mundo rural.
Por las características de los cultivos y el trabajo en la
tierra el labrador pasaba en determinadas épocas el año algunos días fuera de
su hogar. La masía era su lugar de vida y la despensa estaba debidamente
preparada: tomates de colgar, cebollas, ajos, aceite y de casa se traía el pan
de labrador. La clocha, es fácil de preparar, pues el labrador se ahorraba el
trabajo de cocinar.
Según la tradición la clocha tradicional también lleva
arengada (arenques salados), pero aquí en casa no tengo. Así que me he
dispuesto a hacer una clocha moderna, travis style, jejeje.
Lo he rellenado con tomates, pimiento, un poquito de
cebolla, queso y un poco de jamón. Todo aliñado con un poquito de sal y aceite
de oliva.
Es genial. Es como un bocadillo, pero todo mezclado. Me
encanta. Creo que no va a ser la última vez que desayune una clocha.
Un hociquito clochero.
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