El pasado fin de semana tenía previsto pasar una agradable y
tranquila jornada en casa, pero mi dueño en el último momento le dio por pasar
el sábado en Barcelona. Cuando me desperté me encontré a mí mismo dentro de la
bolsa transportín en el tren. Me tenía preparado un desayuno para ir cogiendo
fuerzas durante el viaje y me explicó que la idea era ir a visitar el museo del
futbol club Barcelona. Sabía que a mí me hacía mucha ilusión poder visitarlo,
pero al hablar con un amigo nos quitó la idea de la cabeza. Los días que juega
el Barça en su campo hay una parte de la visita del museo que no se puede
realizar. Precisamente la que me hace más ilusión, la de poder estar en el
césped del campo. Como que ya estábamos en el tren y no había la opción de
volver a casa, se me ocurrió una interesante alternativa. Mi amiga Cune de
Argentina cuando ha visitado Barcelona ha estado en el Parque Güell, y por las fotos que había visto parecía un
sitio muy bonito para pasear y visitar. Además según he leído en algunos muros
de facebook de amigos, el próximo mes ya no será gratuito visitar el parque.
Pues que caray, mi dueño y yo fuimos a visitar el Parque Güell.
Durante el viaje me fui informando un poco de la historia
del parque para documentarme para este comunicado.
El creador de este extraño pero genial Parque Güell fue
Antoni Gaudí. Con mucha diferencia el parque más famoso de Barcelona. Se
construyó para el empresario Eusebi Güell , el cual quería construir una
hermosa ciudad jardín. Perteneciente a una acaudalada familia burguesa, poseía
una gran cultura y virtudes tanto para la escritura y pintura como para la
química, lingüística y biología. En 1899 compró una extensa finca en la Montaña
Pelada, hoy llamada montaña del Carmelo, en Barcelona. Bajo el deseo de
convertir la montaña en una urbanización elitista y bella, encargó a Antoni
Gaudí la creación de sus elementos arquitectónicos.
La construcción comenzó en
1900, pero debido a que la zona estaba bastante alejada del centro de Barcelona y que no resultó suficientemente atrayente, fue un fracaso comercial
y se detuvo en 1914.
La idea original era que se construyeran alrededor de 60
viviendas de alto confort rodeadas de un ambiente natural de espléndida
belleza. Sin embargo, sólo llegaron a venderse dos parcelas: donde está el
actual casa museo Gaudí, y la casa Trias.
Aunque la urbanización no cuajó, debido a la belleza de la
zona, en 1926, se abrió al público y en 1984 fue declarado patrimonio de la
humanidad por la UNESCO.
Tanto Güell como Gaudí se inspiraron en el Templo de Apolo,
en Delfos, como concepción del parque. Quiso, asimismo, que se coronara la cima
de la montaña con una capilla, pues ambos compartían ideales religiosos. Pero
esta no se construyó finalmente y actualmente podemos ver en su lugar el
monumento al Calvario, o también llamada Colina de las Tres Cruces, así llamada
debido a las cruces que la coronan. Dos de ellas apuntan hacia los puntos
cardinales mientras que la tercera apunta hacia el cielo. Situada en la parte
más alta del parque, la colina nos ofrece unas magníficas vistas panorámicas de
Barcelona.
El parque es muy
grande, con 17,18 hectáreas. El estilo tan característico de
Gaudí es presente en cada piedra y elemento del lugar. Podemos ver
formas onduladas parecidas a ríos de lava y construcciones donde las columnas
tienen forma de estalactita o de árboles.
Recorriendo gran parte del parque, encontramos tres viaductos
para poder pasear por ellos, son bastante anchos, pues se idearon para poder
pasear con carruajes.
Los trocitos de cerámica o de vidrio cubren muchas de las
superficies del parque formando esa estética tan característica de Gaudí.
El parque tiene varias entradas. Quizá la más conocida de
ellas sea en la que nos recibe el lagarto cubierto con trocitos de cerámica en
una gama de azules, flanqueando la escalinata. Y lo digo bien, es un lagarto.
Mucha gente lo confunde con un dragón.
La Plaza de la Naturaleza es otro de los lugares más
representativos del lugar.
Justo debajo, sosteniéndola, se encuentra la
"Habitación de las 100 columnas". Las columnas (solo 86, si se
cuentan correctamente) soportan la plaza superior creando un hermoso pabellón
con sombra donde poderse resguardar del calor. Si os fijáis en el techo, podréis ver varias
hornacinas decoradas con símbolos religiosos, mitológicos y astrológicos.
En resumen me encantó este parque, ideal para pasear, la
lástima es que el día que fuimos había demasiada gente. Quizá deba volver otro
día y poder pasear y disfrutar con tranquilidad de este maravilloso parque.
Un hociquito gaudiniano.
2 comentarios:
Hermoso parque! Entre la gente educada de hace un siglo o más, se consideraba una virtud el aprecio por el arte y la estética. ¡qué dirían Mr. Guell y Mr. Gaudí ahora, se volvería a morir!
Totalmente de acuerdo.
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