En el Salón del manga no todo son exposiciones y tiendas, también
podemos aprovechar para realizar algún taller.
Como por ejemplo el taller de amigurumi que organizaba la
casa DMC. Empresa que se dedica a
suministrar material para hacer mil y una manualidades con hilos, lana, bordados
y naturalmente amigurumi. Ya su nombre nos indica un poco en que consiste,
amigurmi (編み包み?) significa “peluche tejido”, y consiste en tejer
pequeños muñecos o accesorios con la técnica del ganchillo o croché. Los
amigurumis toman forma principalmente de animales como ositos, conejos, gatos o
perros, pero también adquieren otras formas como comidas, plantas, e incluso
accesorios como bolsos, bisutería, etc.
El amigurumi es en Japón algo más que un simple pasatiempo,
ya que forma parte de la cultura de lo kawaii, término que podría traducirse
como mono, tierno, adorable.
Más allá de su uso como figurita decorativa o juguete, el
objetivo que persiguen los amigurumis es alimentar el espíritu de niño que
todos llevamos dentro. Según la costumbre, cada amigurumi posee un
"alma" que lo convierte en el compañero y confidente de por vida de
su dueño, proporcionándole protección y consuelo en los momentos de estrés y tristeza.
Estas figuritas son objetos de apego ligados a conceptos de
amistad, complicidad y compañía. Proporcionan protección y seguridad a su
propietario. En algunos casos, son usados como amuletos personales y también en
casas, negocios y puestos de trabajo. En Japón, es usual verlos en las
oficinas, al lado de los ordenadores como un símbolo de apego o adorno
personal, o como recordatorio de respirar, sonreír y hacer una pausa.
Y por lo que vi, podemos ir más allá, en la cola de acceso
al salón del viernes, pude ver dos disfraces hechos íntegramente utilizando la
técnica del amigurumi. Dos Sailor Moon, con todo el Cosplay, incluido los
accesorios y peluca, hechos con esta técnica. Sensacional.
También fueron muy importantes y seguidos los talleres y clases magistrales de cocina japonesa. Este año había toda una sala dedicada a la comida japonesa. Genial.
Aunque en los bancos para seguir el taller estaban llenos, así que "improvisé" una solución para no perderme detalle. jejeje.
Uno de los descubrimientos en esta sala dedicada a la comida
japonesa fue el té de burbujas, también conocido por su anglicismo Bubble Tea.
Se trata de una bebida de té dulce. Aunque las recetas varían, la mayoría de
ellas tienen una base de té mezclada con fruta (o jarabe de fruta) además,
contiene bolitas o perlas de tapioca. Estas perlas, que en muchos casos también
pueden estar hechas de gelatina, se asientan en el fondo de la bebida, tienen
sabor de frutas y se sorben junto a la bebida con las largas pajitas gruesas.
Nunca las había probado, pero desde que probé el primero, me volví el fan
número uno de esta bebida. En realidad solo bebía esto dentro del salón. Jejeje.
Tenéis que probarlo.
Pero no solo estaba este taller, también el clásico de la “Escola
Joso”, que por cierto, tenían una especie de huevo muy conocido por los fans de
la ciencia ficción.
También el taller de vestir kimono, realizado por el kimono
club de Barcelona, que también vienen a mi ciudad cuando se celebra la feria
japonesa Hikari.
Lástima que nunca traen un kimono talla travis para poder
probar.
En el stand de Fundación Japón de Madrid, nos explicaban
como acceder a un curso gratuito para aprender japonés.
Muy interesante. Os lo
recomiendo, visitad este enlace para saber más. www.erin.ne.jp/es/
Como veis, el salón del manga puede ser educativo sin
necesidad de ser aburrido.
Mañana os explico otra de las exposiciones que visité. La
exposición central del Salón. La dedicada al deporte.
Un hociquito divulgativo
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