Como ya
os dije en la anterior Butaca de Travis, la siguiente película que tenía en mi
lista para ver era la nueva entrega de mis mutantes favoritos, “X-Men, días de
futuro pasado”.
Pero
antes de empezar con la opinión de la película, os voy a dar un poco de
información extra.
En el
mundo del cómic, “días de futuro pasado” es una de las joyas de la corona de
todas las aventuras que han vivido los X-Men. Es una historia doble que se
narra en los números 141 y 142 de su colección. En el comic nos encontramos en
un futuro desalentador y decadente. Los centinelas, unos robots creados por una
corporación controlada por el Gobierno, dominan el mundo y los mutantes son
asesinados y perseguidos. Se malvive en un estado totalitario donde todo es
controlado. Se llegó a esa situación a causa de la muerte de un senador que
tenía ideas anti mutantes, pero su muerte, desencadenó un conjunto de
conflictos, dejando a los pocos mutantes que sobreviven en una situación
extrema.
Ese es
el contexto que la película, a muy grandes rasgos, ha tratado de adaptar. Pero
a la vez, inventa muchas cosas.
Un
cambio sustancial es que mientras que en comic es Kitty Pride la que debe
viajar al pasado para tratar de cambiar los acontecimientos. Allí es ayudada
por Lobezno. Pero en el film, es el propio Lobezno el que viaja al pasado. El
senador del pasado en la película pasa a ser un científico llamado Trask, pero
aunque la actuación es muy digna, queda como un simple villano de segunda.
La
película se basa en dar un amplio protagonismo a Mística, para lucimiento de
Jennifer Lawrence. Junto a ella, Lobezno vuelve a ser el elemento principal de
la trama.
Se
agradece la incorporación a la trama de los jóvenes Magneto y Profesor Xavier.
Como novedad destacada encontramos a un personaje al que se da importancia,
Mercurio, y que es clave en lo que yo pienso, es la escena más dinámica de la
película, el rescate de Magneto. Pero en el lado contrario, los cameos de
Tormenta, Cíclope, Bishop o Jean Grey son casi ridículos y más testimoniales
que los de un figurante.
La
película es aceptable y muy entretenida, con un nivel artístico muy destacado,
igual que su predecesora, X-Men: Una nueva generación.
Aún así,
las películas de X-Men, esta incluida, suelen dejar cierta decepción. Ninguna
de ellas se acercan a la magia de las historias que de pequeño encontraba al
leer estos comics, quizá se salvarían unos pocos momentos de la primera y
segunda entrega.
Cuando
algún director sea capaz de introducir a Coloso, Rondador Nocturno, Gambito o
incluso Cable con algún tipo de protagonismo o bien adapte con fidelidad un
guión de Claremont, retiraré estas palabras. Porque aunque las películas nos
hagan pasar ratos entretenidos e incluso divertidos, la auténtica magia de los
X-Men se encuentra en el interior de las páginas de los cientos de comics que
existen.
Un
hociquito mutante
Os dejo
con el tráiler, pero… una cosa más. Los más fans de la saga quedaos hasta el
final de los títulos de crédito, hay un pequeño avance de lo que está por
venir en la próxima entrega cinematográfica de los X-Men.
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