Como prometió mi dueño, el dia siguiente fue mucho más
relajado. Teníamos billetes para el bus turístico y lo aprovechamos para todo
el dia.
La gracia del bus turístico es que durante todo un dia, te
llevan y puedes bajar en cualquiera de sus paradas, visitar el monumento y
luego volver a coger el siguiente bus turístico. Así podemos visitar a nuestro
ritmo la ciudad durante ese dia.
El primero, la Torre Eiffel, ya la había visto el dia
anterior, de hecho esta torre la vimos cada día, de cerca o de lejos, la Torre
Eiffel es omnipresente, de hecho mide 300 metros y se convirtió en el edificio
más alto del mundo, título que conservó durante 41 años.
Para aquellos que no lo sepan la Torre se construyó como un
monumento temporal para la Exposición Universal de 1889. Hubo muchas
propuestas, pero el proyecto ganador fue la idea del ingeniero Gustave Eiffel,
que presentó una enorme torre de hierro con plataformas de observación que
ofrecían una panorámica de la ciudad a vista de pájaro.
En aquel momento el diseño suscitó mucha polémica y la gente
ridiculizaba la torre diciendo que era fea e inútil. A pesar de ello consiguió
un éxito inmediato entre sus visitantes, recuperando el millón y medio de
dólares que costó su construcción en el primer año de apertura. La autorización
inicial de la torre era válida para 20 años, periodo tras el que debería ser
desmantelada. Pero se convirtió en una atracción muy popular y en un símbolo
nacional, así que su destrucción era impensable.
Otro de los monumentos que podemos ver desde el bus
turístico es el Arco de Triunfo, pero la visita de este me gustó tanto que le
dedicaré un comunicado propio igualmente que la visita de Notre Dame. Ambos
monumentos son increíbles.
Otro edificio muy característico es el Palacio Nacional de
los Inválidos, un gran conjunto de edificios al lado sur del Sena. La
construcción de estos edificios fue promovida en 1670 por Luis XIV como
residencia y hospital para soldados heridos y ancianos. Los edificios
principales se terminaron en 1676 y se sitúan alrededor de 15 patios. Luego
Luis XIV encargó una Capilla Real para embellecer el lugar. La Iglesia del Dôme
fue completada en 1709, otorgando al complejo un punto focal arquitectónico.
Para los estándares actuales, sus magníficos jardines y
arquitectura barroca parecen no encajar con la función principal del edificio,
pero este gran emplazamiento es símbolo de la importancia de las fuerzas
armadas a lo largo de toda la historia de Francia. Al pasar por Los Inválidos
es fácil percibir el valor que se concedía al ejército al servicio de la
nación.
La lista de las tumbas que se encuentran dentro de Los
Inválidos aparece como un cuadro de honor de los líderes militares de Francia.
Allí también está el lugar de descanso final de Napoleón Bonaparte.
Actualmente el Palacio Nacional de los Inválidos alberga
museos relacionados con la historia militar francesa, aunque algunos edificios
todavía se usan como hospital y residencia para veteranos de guerra, la
finalidad original del edificio.
Otro edificio característico es El Gran Palacio, construido
para la Exposición Universal de 1900. Después del éxito de la Torre Eiffel se
quería construir algo monumental. El diseño del edificio se encargó a cuatro
arquitectos, que sólo tenían tres años para su construcción.
El exterior del edificio es una mezcla ornamental de
mampostería en estilo clásico y Art Nouveau, y el interior es muy innovador. Se
utilizó hormigón armado, hierro y acero para crear la bóveda de cañón que
inunda el edificio de luz natural, haciendo posible que pudieran congregarse
dentro numerosas personas en la época anterior a la luz eléctrica. Actualmente,
el Gran Palacio ofrece un completo calendario de exposiciones.
El bus también pasa por delante de mi querido Museo del
Louvre, Aish, cuando pasé por delante, me entraron ganas de volver a visitarlo,
pero no podía ser, jejeje, había más cosas que aún no había visto.
La plaza de la Concordia era otro de los monumentos que pude
ver desde el autobús, pero mejor verlo a pie, así que ya os contaré lo que me ocurrió
en esta plaza en el último comunicado.
Ese día vimos muchas cosas de París y aprendimos otras
tantas, gracias a las indicaciones del guía. Eso sí, si algún dia cogéis un autobús
de estas características no os olvidéis de poneros un poco de protector solar.
Yo fui precavido pero mi dueño se olvidó, y por la noche tenía la cara y los
brazos quemados del sol, jijiji. Menos mal que en mi neceser llevaba aloe vera.
Osito prevenido vale por dos. Aish.. Estos humanos, que harían sin nosotros
los peluchines. Jejeje.
Petit museau.
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