Una de
las cosas que no había hecho aun nunca en verano, es ir de vacaciones a la
playa en un apartamento. Estaba un poco receloso cuando mi dueño me explico el
plan, yo no me iba a acercar a la playa y memos a la piscina.
Pero me convenció
fácilmente al decirme que en el apartamento había tele, sofá y podía llevarme
el disco duro que tengo lleno de películas y series de televisión. Cuando fuera
el momento de ir a la playa yo podría quedarme tranquilito y a salvo del agua
en el apartamento viendo la tele y cuando saliéramos a pasear yo sería el
primero en ir, me encanta pasear, como ya sabéis, y naturalmente hacerme fotos
para luego tener un bonito recuerdo.
La
verdad no fuimos muy lejos de donde vivo, pero solo por variar de aires valió
la pena. Desconecté de mi rutina casera y enseguida me adapté a esa semana
vacacional, dormir hasta cuando me apetecía, disfrutar de la comida sin prisas,
durante el año, mi dueño tiene poco tiempo para comer, así que los días
vacacionales vienen bien para comer pausadamente.
La zona
que rodeaba el apartamento estaba muy chula, un largo paseo lleno de gente,
unos andando, otros en bicicleta, y me fijé, todos con caras felices, se notaba
que la mayoría de los que estábamos allí era por vacaciones, jejeje.
Aunque mi idea original era no acercarme al agua... si queria alguna foto vacacional chula tenía que acercarme a la piscina del apartamento. Asi que uno de los días que bajé para tomar el sol vi que no había mucha gente.
El momento era ideal para acercarme al agua y que nadie me mojara. Y.. click, click unas cuantas fotos que me hice, jejeje.
Lo malo
es que todo lo bueno tiene que terminar, y el último día, al subir al coche
para irnos, fue un poco triste. Es lo que pasa con las vacaciones, me pasó lo
mismo el año pasado cuando cogíamos el tren en París para volver a volver a
casa.
En fin,
os mando un hociquito vacacional.
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